Educador
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Corredor
Montañista

jueves, enero 18, 2007

Frente al 2007 y el entorno educativo

En celebraciones anteriores del Día del Maestro, este momento ha servido para resaltar o recordar las virtudes y valores del docente. El año pasado tuve el placer de nombrar a cada uno de ustedes y recordar que todos tenemos un rol y una virtud que compartir, también hemos aprovechado estos días para recordar a nuestros maestros ya eternizados como Salvador Itriago, Carolina Herrera o Francisco Silva. Hoy siento que esta celebración la estamos haciendo en un contexto poco usual. Algo así como celebrar el día del geólogo o del rescatista cuando se ha anunciado un año en el que habrá terremotos. Lo que significa que el País va a necesitar de nosotros, mucha gente nos va a preguntar cosas, nos pedirá consejo, se interesarán en nuestra opinión y cuando se presente una crisis contarán con nuestro trabajo y sobre todo con nuestro compromiso.

Desde que leí las respuestas que ustedes dieron a la consulta sobre los temores, debilidades y fortalezas frente al 2007 no he dejado de pensar y de tratar de organizar mis ideas y aunque todavía quedan muchos cabos sueltos hay dos cosas que cada vez creo ver con mayor claridad y quiero compartirlas con ustedes.

La primera es en relación a los obstáculos, los temores y las metas. Todos tenemos miedos y cosas a las que les tememos, situaciones en las que no quisiéramos estar o peligros que desearíamos evitar. Las últimas semanas han estado llenas de pensamientos y comentarios sobre ellas. Expresiones como: me preocupa, me asusta, estoy aterrorizada con lo que oí, no sé que va a pasar, etc. Si estuviéramos hablando de ir de excursión a lugares remotos podríamos pensar que la gente está hablando del miedo a los osos, a los lobos, a las avalanchas, a las culebras, a los tiburones o a las arañas. El sentimiento es terrible. ¿Cómo enfrentarlo o cómo no paralizarse?, ¿qué hacer y por dónde empezar?

Quiero proponerles que piensen lo siguiente: los obstáculos y las barreras dificultan el camino de cualquier iniciativa o proyecto, pero lo realmente terrible no es tener obstáculos sino estar desorientado, no saber hacia dónde ir. El verdadero drama no es que exista un peligro o abismo muy grande, lo que hay que saber es si esa brecha está ubicada entre mi posición actual y el lugar a donde deseo ir. Si mi excursión es para el amazonas, me olvido de los osos, de los lobos, de los tiburones, de las avalanchas y me preparo exclusivamente para las culebras y los insectos. Pero si no sé a dónde voy, todo me asusta, todo me intimida, cualquier miedo puede crecer dentro de mí. Así que lo primero que hay que hacer a saber a donde se quiere ir y definir lo mejor posible el camino a seguir, luego diferenciamos los obstáculos reales de los imaginarios y nos preparamos para enfrentarlos.

Entonces la pregunta más trascendente en estos momentos es: ¿estamos orientados? ¿Sabemos hacia dónde ir? O en términos de nuestro proyecto: ¿sabemos a donde queremos llevar a nuestros alumnos? ¿Los estamos preparando para la Venezuela que les tocará vivir? ¿Somos los educadores equilibrados que nuestros alumnos necesitan? En la medida en que de manera personal y colectiva respondamos a estas preguntas el camino a recorrer será cada vez más claro.

El año pasado este mismo día les decía que nuestra misión era mostrarle al país que “que tan bueno puede ser un colegio” que si alguien necesita buscar un ejemplo de una escuela de calidad voltee hacia nosotros. Esa función siento que la hemos cumplido durante 10 años, pero el País ha cambiado y nos exige nuevas respuestas y un perfil de alumno integral más completo. No podemos conformarnos con seguir haciendo lo mismo. Es necesario evolucionar y cambiar. En las conclusiones de la Asamblea que tuvimos el 4 de enero decíamos que como Colegio tenemos que desarrollar y profundizar la formación social de nuestros alumnos y la comprensión real de Venezuela, hablábamos de alcanzar una “visión binocular”. Ahí tenemos un reto. Es más importante esforzarnos por definir bien qué alumno queremos formar, qué colegio queremos ser o seguir siendo y qué necesita Venezuela de nosotros. Ocupémonos más de la orientación y preocupémonos menos de los obstáculos.

Lo segundo que quiero compartir con ustedes es en relación al ¿por dónde empezar? Este tipo de desafíos y temores con frecuencia paraliza, nos “baja la velocidad”, nos resta energía. Para mostrarles mi punto quiero recordar una historia que una vez leí y luego vi ilustrada en un video sobre el tema del futuro.

Cuentan que un científico que estaba descansando en una casa de playa y observaba un fenómeno propio de esa época en el que la marea se retiraba y quedaban expuestas cientos de miles de estrellas de mar que morían al estar fuera del agua demasiado tiempo, vio a lo lejos a un muchacho que corría agarraba una estrella y la lanzaba al mar, buscaba otra y la lanzaba y así de manera reiterada. El científico lo saludo y trató de hacerle ver que lo que hacía era absurdo, pues la muerte de estrellas era un fenómeno natural y la cantidad era tal que no tenía sentido “salvar” a unas cuantas. El muchacho pensó brevemente y le dijo: para esta estrella que voy a lanzar mi esfuerzo tiene sentido.

Este hermoso cuento nos habla de la importancia que tiene ocuparse de lo que nos podemos ocupar y hacer lo que podemos hacer. Nuestra acción puede significar la diferencia para algo y más importante aún, puede ser la diferencia para alguien.

Así que lo que cada vez estoy viendo con más claridad es que:

Mas importante que lo que el nuevo Ministro quiere hacer con la educación… es lo que tu quieres hacer con tus alumnos.
Más importante que lo que otros le enseñan a sus alumnos… es lo que tú le enseñas a los tuyos.
Más importante que la visión de país que otros transmiten… es tu visión de país y lo que haces por compartirla.

Y de manera especial para nuestros alumnos, más importante que todo lo que hagan los 300.000 docentes del país con sus alumnos, es lo que tu hagas por ellos, por ayudarlos a ser mejores personas, por comprender mejor su entorno, por darles las herramientas y conocimientos que necesitan, no sólo para lograr lo que ellos se propongan sino para que tengamos el país que deseamos.

Lo que importa es lo que tú haces en tu espacio y al final eso es lo que todos esperamos de ti. Que sigas siendo un maestro o una maestra modelo de quien nos sintamos orgullosos porque fuimos tu alumno, tu compañero, tu jefe o tu amigo.


Juan Maragall 15.01.07