Educador
Secretario de Educación de Miranda
Director de Escuela
Corredor
Montañista

jueves, junio 23, 2016

Hay hambre en las escuelas

Siempre tengo presente que el futuro de un país se parece al presente de sus escuelas y la situación social y económica de los últimos meses tiene su expresión y consecuencias en ellas. Esa sencilla, mágica y profunda rutina de levantarse, ir a la escuela, entrar en un lugar acogedor y encontrarte con una buena maestra, esta rota. Cada vez es más difícil que el día de clases suceda. Las situaciones de inseguridad, el costo del transporte, la destrucción del salario de los docentes, las improvisadas suspensiones oficiales y la escasez de alimentos atentan contra las escuelas, alumnos y docentes. El resultado es que en la primera quincena de junio el promedio de asistencia fue de 51%. 

Sí, la mitad de los alumnos no fue a clases.

Los directores tienen semanas reportando angustias por situaciones de alimentación y hambre en los alumnos, lo que nos llevó el pasado lunes a visitar 173 escuelas distribuidas en todo el territorio de Miranda y entrevistar a casi 3.000 alumnos de sexto grado y sus maestras para conocer mejor su realidad alimentaria. Los resultados muestran un panorama grave.

Uno de cada tres alumnos esta comiendo dos o una vez al día, para ser más exactos el 6% come una vez al día (estos son al menos 6.000 niños de 6to grado) y el 24% come dos veces al día. La maestras viven la misma situación. El 41% come dos veces al día y el 7% solo una vez. Los adultos se están privando de comer para poder alimentar a sus hijos.

Cuando le preguntamos a los alumnos si tenían temor de quedarse sin comida en la casa, el 86% respondió que si. Nuestros niños tienen sobradas razones para pensar que pueden quedarse sin alimentos, el 50% dice haberse acostado con hambre por falta de comida al menos una vez la semana pasada.

La escuelas se convierten entonces en un espacio de protección y abrigo de sus alumnos. El 27% de los alumnos dice que la semana pasada al menos un día solo comieron la comida de la escuela y el 13% no asiste cuando la escuela no tiene comida. Recordemos que nuestras escuelas solo ofrecen una merienda, no una comida completa.

El obligatorio resaltar lo fundamental que son los Programas de Alimentación Escolar en este momento, con el agravante de que la mayoría de las gobernaciones y alcaldías han cerrado sus programas desde el inicio de este año por falta de recursos que el Gobierno Nacional no envía. (Miranda aun mantiene activo el programa para 102.000 niños).

Urge recuperar la operatividad de los programas de alimentación, incluso lo pertinente en este momento sería mantener el programa funcionando durante los días de agosto y septiembre. El 86% de los estudiantes encuestados manifestó que le gustaría recibir desayuno o merienda en su escuela durante las vacaciones.

La situación reportada es en Miranda, no es difícil imaginar lo que debe estar pasando en el resto del País.

Creo que no es necesario desarrollar aquí la graves consecuencias de una alimentación infantil deficiente y la urgencia de tomar acciones. Lo que si quisiera resaltar es que la respuesta a esta grave situación nos corresponde a todos. Quienes estamos en funciones de gobierno debemos orientar nuestros esfuerzos y recursos al fortalecimiento de los Programas de Alimentación Escolar, pero los ciudadanos, empresas y ONG´s deben también actuar. Cualquiera de nosotros con solo levantar un poco la mirada puede encontrar alguna escuela o niño que requiere apoyo en este momento para su alimentación. Cualquier esfuerzo suma y es necesario, no importa si puedes ayudar a uno, a diez o a mil niños. Lo importante es hacer lo que tengas que hacer para reducir el hambre que hay hoy en las escuelas.


La encuesta puede verse en su totalidad aquí http://bit.ly/1W32Kea


sábado, junio 04, 2016

Acertar con la gente

Cuando se respiran tiempos de cambio, nuevos gobiernos, nuevas políticas y nuevos rumbos, aparece en mi memoria la afirmación “Es mejor errar con la gente que acertar sin ella”. La escuché en la Ciudad Bolívar de los 90’s en boca de Clemente Scotto y alguna otra vez de Aristóbulo. Esta sentencia me revolvió siempre el estómago por la irresponsabilidad implícita del líder que, a pesar de contar con información, formación y experiencia, prefiere complacer a la gente que se equivoca antes que iniciar un debate franco o asumir una tediosa y riesgosa labor de pedagogía social.

A estas alturas del proyecto revolucionario queda claro que el modelo fracasó. La escasez, inflación, inseguridad y anarquía son algunos de los síntomas inequívocos de lo errado de la propuesta, pero hay que dejar bien claro que aquí durante ya casi 20 años se “erró con la gente”. Una gran mayoría de venezolanos acogió el proyecto de Chávez como suyo y se subieron en ese tren con la esperanza y confianza de viajar a un destino deseado con un conductor que los comprendía, amaba, era leal y caminaba con ellos. El tren llegó a una Venezuela infernal, pero el viaje fue en grupo.

Ahora que el País entero exige y sueña con un cambio, estamos obligados a trazar una nueva ruta de progreso social y desarrollo económico, urgen iniciativas, medidas y nuevas políticas; además, lo dramático de la situación, el poco tiempo disponible y la fuerza de las expectativas nos obligan a acertar, pero es imperativo “acertar con la gente”, no podemos repetir el intento fallido de los 90 de “acertar sin la gente”.

Nuestros mejores economistas, sanitaristas, educadores, juristas, políticos, comunicadores, sociólogos y todo el que tenga conocimientos y experiencia para hacer posible un País soñado, tienen que ir al encuentro con el pueblo, con la Venezuela real y profunda, con la pobreza extrema, con los consejos comunales, la clase media desanimada, las asociaciones, los gremios, los profesionales exilados, las mesas de agua, los consejos educativos, los estudiantes, los jóvenes excluidos y con ellos -desde su realidad- diseñar las políticas, trazar las rutas para acertar y acertar con ellos. Aquí no hay borrón y cuenta nueva, ni gran salto que valga. Tenemos que acertar con la gente, avanzar sin el pueblo no es acertar.

Hay que asumir el nuevo progreso social y desarrollo económico como un gran esfuerzo de pedagogía nacional y la base de la pedagogía es buscar al otro en donde está, comprender lo que sabe, lo que cree, le interesa y sueña, y es desde ahí puedes caminar con él y llevarlo al mundo del conocimiento, las nuevas habilidades y las competencias.

Cuando vas a enseñar a un niño a leer, la primera palabra que le ofreces conocer es su nombre. Las políticas públicas deben funcionar igual, cuando vas a proponer o tomar una iniciativa lo primero que tienes que ofrecerle al pueblo es su nombre, su realidad, lo que sabe, cree, le interesa y sueña. Ese debe ser el punto de partida de cualquier nuevo proyecto de País.


Quizás por mi condición de educador y estar acostumbrado a ver crecer a la gente, he desarrollado paciencia para acompañar con firmeza y afecto durante el tiempo necesario hasta ver el cambio. Intuyo que Venezuela necesita lo mismo, un rumbo claro, líderes responsables, con habilidades de pedagogía social y respetuosos de los tiempos que las personas y el País necesitan. No tiene sentido tomar ningún nuevo rumbo o iniciativa si no logramos que la gente nos acompañe, aquí hacen falta líderes de esos acompasan su caminar al tuyo para llevarte lejos, que te dan la mano, si es necesario hasta te cargan, pero llegan contigo, con la gente, con el pueblo.

viernes, junio 03, 2016

Ideas para manejarnos frente a la crisis

En Venezuela estamos atravesando lo que quizás es la peor crisis social, económica y política de la era republicana. La destrucción del salario, inflación, escasez, costos del transporte y la inseguridad, hacen que en el día a día de nuestras familias y trabajos tengamos que enfrentar situaciones para las que nunca nos preparamos. Es difícil saber ¿qué hacer? ¿Qué es lo correcto? ¿Qué se espera de nosotros? ¿Cómo debe actuar la Gobernación?
Para transitar con éxito esta situación no vamos a encontrar una guía, pero si es posible establecernos un marco de referencia que nos permita tomar decisiones y orientar nuestras acciones.

Cuida tu familia, amigos y trabajo

La familia, los amigos y el trabajo nos hacer ser quienes somos, es con ellos con quienes hemos soñado, aprendido y disfrutado nuestras vidas, son los espacios que le dan sentido a nuestra existencia, por eso es muy importante cuidarlos. Mientras más difícil sea la crisis, es más importante cuidar los detalles y el afecto de la familia, mantenerte cerca de tus amigos y ser proactivo en tu espacio de trabajo. Como dijo Goethe “Da más fuerza sentirse querido que saberse fuerte”

Cuando decidimos trabajar todos los días de la semana o defender cada día de clases no lo hicimos para contravenir un política errada, lo más importante es que cuando trabajamos existimos, cuando prestamos un servicio mantenemos nuestra dignidad, cuando atendemos a un ciudadano, enseñamos a un niño, curamos o defendemos a una persona no solo le prestamos un servicio a quien lo necesita, sino que nos enaltecemos como personas.

Comunicación

Ante situaciones problemáticas a veces nos aislamos, evadimos o guardamos silencio; cuando en realidad lo que más necesitamos es comunicarnos. Este es el momento de decir lo que sientes, lo que te está pasando, lo que necesitas, pero también es el momento de escuchar al otro, de ponerte en sus zapatos. Dedica tiempo todos los días a escuchar a quienes te rodean y a expresar lo que te pasa, necesitas o sueñas.

Flexibilidad

La forma como sucedían las cosas, nuestras rutinas familiares y de trabajo ya no son las mismas. El País cambió. Es fundamental ser flexibles y entender que hay distintas formas de alcanzar los mismos objetivos. Especialmente en nuestros equipos tenemos que ser flexibles ante rutinas, horarios y procesos. Es posible que tengamos que trabajar en días y horas donde nunca lo hacíamos y no podamos trabajar en días y horas donde solíamos hacerlo. Prepárate para asumir responsabilidades que nunca habías asumido y a dejar de hacer cosas que siempre hacías. El reto está en cambiar todo lo que sea necesario para que nuestras responsabilidades se asuman, los objetivos se logren y los sueños se alcancen. El norte se mantiene, pero el camino puede ser otro.

Cuando los primeros exploradores llegaron al polo norte se dieron cuenta que para regresar cualquier dirección en la que caminaran iba hacia el sur y el sol en vez de salir por el este y ocultarse en el oeste, se movía a su alrededor sin ocultarse. Tenían que utilizar otras formas para orientarse, su brújula ya no les servía. A nosotros nos pasa hoy algo parecido, el entorno cambió, tenemos que buscar nuevas formas de orientarnos y seguir nuestro camino.

Solidaridad

Es el momento de la solidaridad, de sensibilizarnos con el otro, de compartir y apoyarnos. Cuando veas que alguien cercano está en dificultades o necesita apoyo, toma la iniciativa, busquemos juntos las soluciones. En cada dirección o departamento deberíamos constituir una comisión de solidaridad, que esté atenta a las dificultades por las que atraviesan nuestros compañeros, proponga y ejecute acciones de asistencia, contención y colaboración.

Decisiones consensuadas

Comunicarse, flexibilizarse y ser solidario nos lleva a tomar decisiones. No tomes decisiones unilaterales, aunque te parezca que haces lo correcto, que tu idea es buena y que no tienes otra alternativa, no decidas en soledad. Es el momento del trabajo en equipo, del entendimiento y de las decisiones consensuadas. Si se va  a trabajar en un horario distinto, modificar un servicio, trabajar un fin de semana o no trabajar un día de semana, la decisión debe tomarse con todas las partes involucradas reunidas y en un ejercicio franco, creativo, con el cumplimiento de las responsabilidades y servicios que prestamos siempre presentes, decidir qué es lo mejor para proteger al equipo y al mismo tiempo cumplir con nuestros objetivos.

Liderazgo

Nadie está en condiciones de decirte qué debes hacer en este momento, puede haber recomendaciones, marcos o criterios, pero es a ti a quien te toca decidir. Todos somos responsables de una parte de la Gobernación, hay un “pedacito de País” que es tu responsabilidad y cuenta contigo. Muchas veces tu eres la personas más preparada o más respetada en tu dirección, departamento o equipo de trabajo. Es el momento de asumirlo, toma la iniciativa, reúne a tu gente, hablemos de lo que está pasando y pasemos de los análisis a las acciones. Haz que las cosas pasen. ¿Si no tu, quién? ¿Si no hoy, cuándo?