12 de junio 2014
Calidad escolar:
consulta, propuestas y lo impostergable
Lo
que más defiende a un niño de la pobreza y le abre camino en la vida es lo que aprende
en su escuela. El tema de la calidad, es decir, el tema de que la escuela logre
lo que se supone es su función, es central para la construcción de una
Venezuela justa y de progreso.
El
MPPE está finalizando un proceso de consulta nacional en el que hemos
participado con la disposición de sumar a favor de las escuelas, es en ese
sentido que consideramos fundamental precisar algunos conceptos básicos y
medidas impostergables que deben ser tomadas.
Escuela y calidad
Iniciemos
con dos cifras. Cerca del 30% de los alumnos de 3er grado del País no comprende
lo que lee y según las pruebas PISA aplicadas en Miranda el 80% de los
adolescentes de 15 años no tiene las competencias matemáticas mínimas esperadas
para su edad. Estos datos no ameritan explicación, pero valga recordar que
hasta 3er grado se “aprende a leer” y a partir de 4to grado se “lee para
aprender”, por lo tanto un alumno analfabeta en 4to grado va rumbo al fracaso
escolar. Ciertamente la educación venezolana necesita tomar medidas inmediatas
para atender el tema de la calidad.
Existen
distintas formas válidas de entender la calidad y hay quienes consideran
prioritario dar esa discusión, pero cualquiera que sea la posición que se tenga
al respecto hay temas intrínsecos a la calidad de la educación que ofrecen las
escuelas. Todas las definiciones de
calidad requieren que los estudiantes comprendan lo que leen, puedan expresarse
por escrito y tengan habilidades lógico matemáticas como mínimo. Si algo en
común tienen Giordani y José Guerra es que los dos tienen habilidades lectoras
y matemáticas, de ahí en adelante hablamos de libertad de pensamiento y
opciones de vida.
A
veces las discusiones sobre calidad en las escuelas me recuerdan a una
discusión que tuve con uno de mis hijos sobre qué programa de radio escuchar y
cuando se había dirimido el asunto constatamos que la radio no funcionaba. La
mayoría de nuestras escuelas no funciona para ninguna definición de calidad.
Hay
conocimientos y habilidades básicas a las que por derecho humano todas las
personas deben tener acceso. Calidad es lograr precisamente eso.
La
calidad se puede abordar desde la perspectiva de la familia, del aula, desde la
escuela o desde las políticas públicas pensando en nuestro sistema educativo. Quiero
referirme a la cuarta perspectiva y lo que debemos hacer como País.
Quizás
la forma más sencilla –y profunda- de
analizar las políticas educativas de un país es poner atención a tres cosas: ¿están
yendo TODOS los niños, niñas y adolescentes a las escuelas? ¿están TODAS las
escuelas a las que asisten en condiciones óptimas de funcionamiento y dotación?
Y cuando asisten a escuelas en óptimas condiciones ¿se encuentran con buenas
maestras, maestros, profesoras y profesores?
Es decir que lo que necesitamos lograr es que todos los niños, niñas y
adolescentes puedan despertarse y en una lapso razonable de tiempo llegar a una
escuela o liceo en condiciones adecuadas y encontrarse con una buena maestra o
un buen profesor. Esto en Venezuela no lo hemos logrado, para TODOS.
¿Están yendo TODOS
los niños, niñas y adolescentes a las escuelas?
Los
que no van a las escuelas son principalmente menores de 6 años (30% no asiste a
educación inicial) y entre 12 y 17 años (25% no está en los liceos). El caso de
educación inicial es grave porque 1er grado termina convirtiéndose en el
preescolar de los más pobres y ahí arranca una cadena de carencias: como no
tuviste preescolar tienes muchas probabilidades de repetir y llegar a 3er grado
sin saber leer, como no sabes leer, tienes muchas probabilidades de desertar… y
ahí aparece el tema de la exclusión escolar adolescente. En cifras absolutas se
estima que más de 800mil adolescente están fuera del sistema educativo (incluso
el ministro Rodríguez afirmó que llegaban al millón). Estamos hablando de
llenar 20 veces el estadio universitario de Caracas con muchachos excluidos.
Este es quizás el problema educativo y social más importante del país, pues no
solamente tendrán problemas para abrirse camino en la vida, sino que le
complicarán la vida a las comunidades que habitan. ¿No explica esto en buena
medida lo que estamos viviendo en términos de violencia?
¿Están TODAS las
escuelas a las que asisten en condiciones óptimas de funcionamiento y dotación?
En
este aspecto tenemos que poner atención en la condición actual de la
infraestructura escolar y en el importante déficit de escuelas y liceos del
País. Sobre la condición de la infraestructura no hay estadísticas oficiales,
basta revisar la prensa -especialmente la prensa local- para ver la cantidad de
solicitudes y denuncias que diariamente aparecen relacionadas a techos que
filtran, baños que no funcionan, requerimientos de espacios deportivos,
bibliotecas o salas de computación. En Miranda realizamos una consulta en 2012,
se realizaron 320 asambleas escolares que reunieron a más de 17mil personas y
el requerimiento principal que apareció en todos los grupos fue el de
infraestructura escolar (por cierto el segundo siempre fue la inseguridad).
El
déficit de escuelas (o instituciones educativas) se ha estimado en diferentes
oportunidades y dependiendo del tamaño (capacidad estimada) de cada escuela se
puede llegar a distintas cifras. Algunos cálculos estiman la necesidad de 5.000
nuevas escuelas. Al respecto la Ministra Hanson en 2012 precisó una cifra ,
informó que se requerían 2.500 simoncitos, 150 escuelas y 450
liceos, es decir 3.100 nuevas edificaciones a ser construidas en 6 años. Esto significaría
construir un promedio de 500 nuevas cada año. Si se revisan la Memoria y Cuenta
del MPPE de los últimos 10 años se constatará que NUNCA se han construido más
de 25 escuelas en un año y nada indica que esto haya cambiado. Aunque el actual
Ministro habla de construir 100 nuevas escuelas, aún no ha divulgado la lista
con los nombres y ubicaciones de cada una. 100 sería un buen esfuerzo, pero faltarían
hacer 400 más, solamente este año.
¿Se
encuentran con buenas maestras, maestros, profesoras y profesores?
Durante
los últimos 15años en lo referido a los criterios de formación y selección de
docentes se dejaron de lado los mecanismos legales e institucionales orientados
a darle prioridad a los méritos académicos para el ingreso y ascenso, dando
paso a mecanismos discrecionales en la asignación de cargos. Hoy cerca del 40%
de los docentes es interino (es decir no-titular) y aunque no hay cifras oficiales
se estima que más de 60% de los directivos son encargados (designados
discrecionalmente). Es cierto que este problema tiene más de 40 años, pero no
es menos cierto que en la década de los 90 el país produjo un reglamento del
ejercicio de la profesión docente que con todos sus defectos era un buen punto
de partida para avanzar hacia mecanismos institucionales y de mérito que
aumentaran las probabilidades de que los mejores docentes ingresaran a las
escuelas y ascendieran a cargos directivos.
Por
otra parte, la discrecionalidad en la asignación de cargos incluyó la
discriminación por universidad de origen, siendo así que los egresados de
universidades afectas a las posiciones políticas del gobierno han tenido
tratamiento preferencial y los egresados de universidades autónomas y
pedagógicos han visto las puertas cerradas sólo por ser egresados de un alma
mater no afecta al gobierno. ¿quién dijo que todos los egresados de las
misiones o la Universidad Bolivariana eran buenos maestros y que los egresados
de la universidades autónomas, privadas o pedagógicos no lo eran, o viceversa?
Quienes hemos vivido dentro de las escuelas por más de 20 años sabemos que la
condición de buen docente tiene muchos componentes y la universidad de origen
no siempre es tan determinante como se cree. El resultado ha sido que se ha
propiciado la cultura de que para ser maestro no se requiere tener méritos
académicos o profesionales, sino ser “amigo de” o “estar inscrito en” o “ser egresado de”, en
lugar demostrar que “eres capaz de”.
Es
así que nuestros estudiantes puede que en ocasiones se encuentren con buenas
maestras, maestros profesores o profesoras, pero las más de las veces se
encuentran con los amigos de alguien, miembros de algún partido o egresados de
ciertas universidades sin que haya mediado ningún mecanismo de mérito para
llegaran ahí.
Las
políticas (o ausencia) de formación y
selección de docentes han generado grandes distorsiones. Hoy tenemos una gran
cantidad de docentes de educación inicial y primaria egresados de misiones o
universidades oficiales sin empleo y al mismo tiempo se desestimuló el estudio
de especialidades en universidades y pedagógicos conduciendo a un déficit
dramático de especialistas para el bachillerato. Al final tenemos maestros
desempleados y liceos sin profesores.
Ruta hacia
la calidad y lo impostergable: 15 de enero 2015
No
hay ninguna duda de que esta situación se puede revertir y en un lapso mediano
de tiempo podemos iniciar la recuperación de la calidad de nuestras escuelas.
Lo hemos experimentado personalmente en nuestro Estado Miranda, pero hay que
tener sentido de la oportunidad y urgencia para tomar decisiones inmediatas.
Sobre
la oportunidad, recordando la cifra que una vez escuche, hice cálculos propios
y confirmé que el promedio de duración de un Ministro de Educación en Venezuela
es de 1año y 3 meses (los ministros de los últimos 15 años han durando un poco
más, su promedio es de 2 años) es decir que al actual Ministro probablemente
sólo le quede año y medio en su cargo. Esto significa que el tiempo de la
consulta ya terminó y tiene que dar paso inmediato a decisiones impostergables.
En tal sentido estamos obligados a emplazar
al ministro de educación para que antes de 15 de enero de 2015 (para tomar una
fecha, no solo significativa para nosotros los educadores, sino que está a 6
meses de distancia y permite incorporar cualquier iniciativa en los planes y
presupuesto) presente al País decisiones y medidas en la siguiente dirección:
Concursos
Llamar
a concurso público de méritos para ingresar y ascender a la carrera docente, si
TODOS los años en una misma fecha se llamara a concurso y ganaran los mejores,
poco a poco recuperaremos el prestigio de ser un buen maestro y comenzarán a
reaparecer las vocaciones docentes, incluyendo la matemática, la física y las
ciencias, seremos también testigos del surgimiento de una generación de
directivos de carrera con los que todo docente desea trabajar y que conducirán
a las escuelas hacia el progreso.
Plan Nacional de
construcción de escuelas
Anunciar
un plan nacional de construcción de escuelas que garantice la construcción
promedio de 500 edificaciones educativas NUEVAS cada año y la reparación al
menos de 7.000 escuelas también cada año. Esto tiene que ser el plan nacional
más conocido y divulgado, incluyendo una página web como la de 700 escuelas
para Argentina (http://www.700escuelas.gov.ar/web/2013/) en donde estén todas
las escuelas en construcción georeferenciadas, los procesos de licitación sean
públicos, y el avance de cada proyecto sea verificable para la contraloría
social.
Esto
NO lo pueden hacer el MPPE y FEDE solos –creo que está más que demostrado que
no han podido en 15 años- se necesita el concurso de las 335 alcaldías y los 24
gobernadores y la comunidad organizada.
Situado Educativo
para gobernaciones y alcaldía
Hoy
la mayoría de los alcaldes y gobernadores (en lugar se ser aliados de las
escuelas) están buscando la forma de entregarle sus escuelas a la nación. La
razón es muy sencilla, no tienen presupuesto suficiente para mantenerlas en
buen estado y mucho menos para construir y operar las que se necesitan.
Venezuela
necesita una suerte de “Situado Educativo” urgentemente que asigne recursos en
función de escuelas construidas y alumnos atendidos.
Sistema nacional e
internacional de evaluación del desempeño
Tomar
la decisión de crear un sistema nacional de evaluación del desempeño escolar que
anuncie al País y especialmente a cada escuela cuál es el desempeño escolar
alcanzado y al mismo tiempo incorporar a Venezuela en las evaluaciones
internacionales (TIMSS, PISA, PIRLS y LLECE, por citar algunas) que con todas
sus fortaleces y debilidades son el único mecanismo al alcance e inmediato para
ubicar a Venezuela en el mapa mundial de la calidad de nuestras escuelas.
Valga
acotar que el objetivo fundamental de estas evaluaciones no es la investigación
(que por supuesto la investigación es necesaria) sino la reacción de cada
docente, directivo, escuela, municipio, estado y nación al enfrentarse cara a
cara con la realidad del desempeño de nuestros estudiantes en las escuelas. La
mejora de la educación debe partir de la verdad para dar pasos, lentos quizás,
pero en la dirección adecuada. El lema de la evaluación de nuestro sistema
educativo debe ser evaluar para mejorar.
Una
cultura de la evaluación puede construirse sobre la confianza y el
acompañamiento, haciendo siempre un manejo ético y respetuoso de los
resultados, valorando no sólo al mejor, sino al que mejora.
Apoyaremos el
levantamiento de la calidad de las escuelas
Si
realmente queremos impulsar un sistema escolar de calidad, medidas como éstas
son impostergables. Si el Gobierno Nacional toma decisiones en esta dirección
contará con todo nuestro apoyo y acompañamiento sincero en el levantamiento de
la calidad de nuestras escuelas. No tenemos prejuicios en trabajar juntos
cuando la agenda es la educación y las escuelas, pero si Venezuela amanece el
15 de enero ensimismada, indecisa, sin que nada trascendente y determinante
suceda para que TODOS nuestros niños, niñas y adolescentes vayan a buenas
escuelas y se encuentren con buenos docentes, confrontaremos con fuerza esta
gestión hasta lograr que el país escolar se transforme un verdadero camino para
la superación de la pobreza y la construcción del progreso.