Siempre tengo presente
que el futuro de un país se parece al presente de sus escuelas y la situación
social y económica de los últimos meses tiene su expresión y consecuencias en
ellas. Esa sencilla, mágica y profunda rutina de levantarse, ir a la escuela,
entrar en un lugar acogedor y encontrarte con una buena maestra, esta rota. Cada
vez es más difícil que el día de clases suceda. Las situaciones de inseguridad,
el costo del transporte, la destrucción del salario de los docentes, las
improvisadas suspensiones oficiales y la escasez de alimentos atentan contra
las escuelas, alumnos y docentes. El resultado es que en la primera quincena de
junio el promedio de asistencia fue de 51%.
Sí, la mitad de los alumnos no fue
a clases.
Los directores
tienen semanas reportando angustias por situaciones de alimentación y hambre en
los alumnos, lo que nos llevó el pasado lunes a visitar 173 escuelas
distribuidas en todo el territorio de Miranda y entrevistar a casi 3.000
alumnos de sexto grado y sus maestras para conocer mejor su realidad alimentaria.
Los resultados muestran un panorama grave.
Uno de cada tres
alumnos esta comiendo dos o una vez al día, para ser más exactos el 6% come una
vez al día (estos son al menos 6.000 niños de 6to grado) y el 24% come dos veces
al día. La maestras viven la misma situación. El 41% come dos veces al día y el
7% solo una vez. Los adultos se están privando de comer para poder alimentar a
sus hijos.
Cuando le
preguntamos a los alumnos si tenían temor de quedarse sin comida en la casa, el
86% respondió que si. Nuestros niños tienen sobradas razones para pensar que
pueden quedarse sin alimentos, el 50% dice haberse acostado con hambre por
falta de comida al menos una vez la semana pasada.
La escuelas se
convierten entonces en un espacio de protección y abrigo de sus alumnos. El 27%
de los alumnos dice que la semana pasada al menos un día solo comieron la
comida de la escuela y el 13% no asiste cuando la escuela no tiene comida. Recordemos
que nuestras escuelas solo ofrecen una merienda, no una comida completa.
El obligatorio
resaltar lo fundamental que son los Programas de Alimentación Escolar en este
momento, con el agravante de que la mayoría de las gobernaciones y alcaldías
han cerrado sus programas desde el inicio de este año por falta de recursos que
el Gobierno Nacional no envía. (Miranda aun mantiene activo el programa para
102.000 niños).
Urge recuperar la
operatividad de los programas de alimentación, incluso lo pertinente en este
momento sería mantener el programa funcionando durante los días de agosto y
septiembre. El 86% de los estudiantes encuestados manifestó que le gustaría
recibir desayuno o merienda en su escuela durante las vacaciones.
La situación
reportada es en Miranda, no es difícil imaginar lo que debe estar pasando en el
resto del País.
Creo que no es
necesario desarrollar aquí la graves consecuencias de una alimentación infantil
deficiente y la urgencia de tomar acciones. Lo que si quisiera resaltar es que
la respuesta a esta grave situación nos corresponde a todos. Quienes estamos en
funciones de gobierno debemos orientar nuestros esfuerzos y recursos al
fortalecimiento de los Programas de Alimentación Escolar, pero los ciudadanos,
empresas y ONG´s deben también actuar. Cualquiera de nosotros con solo levantar
un poco la mirada puede encontrar alguna escuela o niño que requiere apoyo en
este momento para su alimentación. Cualquier esfuerzo suma y es necesario, no importa
si puedes ayudar a uno, a diez o a mil niños. Lo importante es hacer lo que tengas
que hacer para reducir el hambre que hay hoy en las escuelas.
La encuesta puede
verse en su totalidad aquí http://bit.ly/1W32Kea
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